Estamos convencidos de que la lectura es el mejor equipaje que podemos ofrecer a nuestros hijos para el presente y para el futuro.

Leer críticamente un artículo del periódico, apreciar un poema, saber afrontar la lectura de un texto académico, comprender un gráfico o un texto multimedia, seleccionar y compartir informaciones en Internet, tener criterio propio al elegir un cuento o una novela… son aprendizajes importantísimos para el desarrollo académico de vuestros hijos, pero lo son también para su crecimiento personal, para su futuro profesional y, sobre todo, para seguir aprendiendo por sí solos a lo largo de la vida. Si logramos formar lectores competentes en todas estas habilidades, estaremos ayudándoles a fraguarse una vida más autónoma, más abierta al mundo y más preparada para los cambios.

Mostramos un vídeo interesante producido por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Se trata del artículo «Leer en casa: seis llaves para potenciar la lectura desde la familia«, ilustrado por Arnal Ballester, un prestigioso artista gráfico catalán distinguido con el Premio Nacional de Ilustración.

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 Traemos a nuestra página la reseña del libro publicado por Antonio Ventura, maestro, escritor y editor:

“La importancia de leer en casa”.

La obra se puede descargar haciendo «clic» sobre la imagen. Consta de cinco capítulos: 1 La necesidad de la ficción. 2 Las palabras y las imágenes. 3 El valor de la ficción literaria. 4 El gusto por las palabras y el amor a los libros. 5 Los momentos de la lectura.

Además, presenta ilustraciones de diversos autores y termina con una bibliografía recomendada y algunos enlaces a páginas web relacionadas con la Literatura Infantil.

Educar no tiene un manual de instrucciones exacto, pero saber reforzar las buenas y malas conductas y predicar con el ejemplo son los primeros pasos para encontrar el camino.

Nuestra forma de educar modela su conducta. Desde que se despiertan hasta que se acuestan, su cerebro va asociando lo que hacen con las consecuencias que le siguen. Nada pasa desapercibido para los ojos de los hijos, por eso nuestro ejemplo vale más que mil discursos.