
Taller: El vidrio no es basura, se recicla
Los alumnos de Educación Primaria han desarrollado durante esta semana el taller de reciclado de vidrio “Dale de comer a Mr. Iglú”, impartido por monitoras de la Asociación Ecovidrio.
En el mismo, han podido conocer que los residuos son un problema presente y futuro. El aumento de la población y el incremento de consumo, provocan que se generen mayor número de residuos. Debido a esta gran generación, el ecosistema no puede asimilarlos y es necesario el reciclado de los residuos a través de la recogida selectiva. Estamos en el momento clave de la filosofía de las “3 R” (reducir, reutilizar y reciclar)
También pudieron comprobar que gran parte de los residuos que generamos en nuestras actividades son envases. Los envases permiten que los productos lleguen hasta los comercios cercanos a nosotros en mejores condiciones de higiene y conservación, y con mayor facilidad de transporte.
Pero abusar de los envases hace que se gasten grandes cantidades de materia y energía para fabricarlos, aumentando en gran medida el volumen de los residuos que generamos.
Parece una cuestión difícil de solucionar, pero han comprendido que es necesario ponernos en marcha siguiendo un plan que nos permita solucionar esos problemas.
El primer paso es prevenir la generación de residuos. Pero habrá muchos residuos que no podamos evitar, ¿qué hacer con ellos? Una de las soluciones de la gestión de los residuos es el reciclado. Porque reciclando nuestros residuos recuperamos las materias primas con las que están fabricados. Es decir, con el material de que está hecho un residuo podemos elaborar nuevos productos (con una botella de vidrio fabricamos una nueva botella de vidrio; con la celulosa, de la que está hecha una caja de papel, fabricamos una hoja de papel) De esta forma, las materias primas que extraemos de la naturaleza no son desaprovechadas acumulándose en vertederos, sino que son utilizadas constantemente.
Han aprendido de forma práctica cómo se hace. El punto de partida también nos corresponde a todos: se trata de separar en casa, en diferentes cubos y bolsas, los distintos componentes de nuestra basura para depositarlos posteriormente en los contenedores adecuados. Es la separación en origen. Normalmente contaremos con:
– un contenedor verde para el vidrio (botellas, frascos y tarros)
– un contenedor azul para envases de cartón, papel, periódicos y revistas.
– un contenedor amarrillo para los envases de plástico, los de tipo brick y latas.
– el resto se depositará en el contenedor ya existente (gris o marrón).
Además, pudieron conocer la diferencia entre vidrio y cristal, cómo nació hace 3.000 años antes de Cristo y cuál ha sido su historia desde los egipcios, fenicios y romanos hasta el momento actual.
Le explicaron cuáles son los componentes que permiten la fabricación del vidrio (arena de sílice, sosa o potasa, caliza) y han conocido los diferentes tipos de vidrio que existen.
Pudieron ver cómo se desarrolla la cadena de reciclado. Una cadena en la que todos los eslabones son importantes y cumplen una función fundamental. Porque de nada sirve que un envase de vidrio sea fácilmente reciclable si no llega a la planta de tratamiento.
El consumidor, como primer eslabón de la cadena, debe:
1. Aprender a seleccionar; es decir, separar los envases de vidrio del resto de los residuos.
2. Guardarlos en un lugar distinto de la basura y del resto de los residuos.
3. Depositar los residuos de envases de vidrio en su contenedor específico, sólo para envases de vidrio, conocido como “iglú”.
Se les recordó que los tapones de los envases no deben ser depositados en el iglú, tampoco bombillas ni otro tipo de cristales. En los contenedores de vidrio sólo se pueden depositar envases de vidrio (tarros, botellas, frascos, etc.)
Una vez depositados los envases de vidrio en sus contenedores, éstos son recogidos y trasladados a:
– Plantas de trasferencia, para su almacenaje y su posterior traslado a la planta de tratamiento (se utilizan cuando las plantas de tratamiento están muy alejadas, como, por ejemplo, en las islas)
– Plantas de tratamiento, situadas en zonas próximas a las fábricas.
En la planta de tratamiento se limpia el vidrio de cualquier impureza o material diferente al vidrio. Así, por ejemplo, encontramos líneas de lavado (para quitar las etiquetas) o imanes (que eliminan los elementos metálicos, como tapones).
Por último, el vidrio limpio se tritura, consiguiendo el casco o calcín, materia prima que se traslada a las fábricas de envases de vidrio.
En la fábrica de vidrio el calcín se mezcla con arena, sosa, caliza y otros componentes, y se funde a 1.500 grados centígrados, aproximadamente. Una vez fundido, se obtiene una masa líquida: la gota de vidrio.
Esta gota se deposita en moldes que darán forma a los nuevos envases, cuyas características físicas son las mismas que las de los envases originales.
Las botellas, frascos y tarros que se producen en la fábrica de envases de vidrio son trasladados a la planta envasadora, donde se llenan y utilizan para contener alimentos y bebidas.
Al final de la cadena de envasado se les pone el PUNTO VERDE.
Dichos alimentos y bebidas tienen como destino el comercio….siendo adquiridos por el consumidor final.
Por último, el consumidor, para no interrumpir la cadena, debe volver a seleccionar, separar y depositar en los iglúes los residuos de envases de vidrio.
Finalmente y de forma colectiva, respondiendo a la pregunta ¿Qué conseguimos reciclando vidrio?, sacaron las siguientes conclusiones:
– Reducimos los residuos que van a parar al vertedero.
– Reducimos la contaminación del aire.
– Ahorramos energía.
– Ahorramos materias primas.
Ha sido una experiencia muy gratificante, participativa y que ha contado con una gran implicación de los alumnos y alumnas. ¡ENHORABUENA CHAVALES!
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